martes, 21 de agosto de 2012

DESPEDIDA DEL CRUCERO "ADONIA" EN PASAIA

El buque de pasajeros abandonó ayer por la tarde la bahía de Pasaia. Su visita ha hecho recordar aquel ferry que en los 70 unió este puerto con el de Southampton 


Rodeado de casi tanta expectación como la que acompañó 24 horas antes su entrada a puerto, el 'Adonia' abandonó ayer, a las seis de la tarde, Pasaia. Con 708 pasajeros a bordo, mayoritariamente británicos, partió en dirección a sus siguientes escalas: Bilbao y Honfleur, en Francia, en la orilla izquierda de la desembocadura del Sena. Su singladura finalizará en Southampton, de donde zarpó el pasado viernes.
La unión por vía marítima, aunque sea de manera esporádica, de Southampton y Pasaia nos retrotrae a principios de la década de los 70, cuando un ferry de pasajeros enlazó ambos puertos. Fue una efímera experiencia de apenas un par de años y que los pasaitarras más veteranos recuerdan. La vieja estación marítima existió hasta hace tres años, que fue derribada.
Horas antes de su marcha, el presidente de la Autoridad Portuaria de Pasaia, Lucio Hernando, y el comodoro del 'Adonia', Steve Burgoine, intercambiaron sendas metopas en un acto protocolario celebrado a bordo del buque, como recuerdo de su primera visita al puerto pasaitarra. En el encuentro también estuvieron presentes, por parte del staff del barco, el segundo de a bordo, Simon Love, y Michael Lobban, el 'executive purser', que viene a ser algo así como el director del hotel que el crucero alberga en su interior. Asimismo, acudieron Marta Capdevila, agente general en España de Transcoma, acompañada del agente local en Pasaia, Iñigo Artaza, ambos artífices de que el Adonia haya recalado en este puerto. Ellos también intercambiaron obsequios con el comodoro. Fue Miguel Ángel Alkorta quien representó a la Capitanía Marítima.

Durante el acto, que transcurrió en un ambiente de gran cordialidad, el comodoro resaltó el gran recibimiento de la población pasaitarra, que le sorprendió gratamente, lo mismo que a todos los pasajeros, de quienes estaba teniendo grandes elogios por la belleza del lugar y por su cercanía a San Sebastián, ciudad que prácticamente todos ellos han visitado. Burgoine hizo hincapié en la dificultad de la maniobra de entrada, que la hospitalaria y entusiasta acogida de las miles de personas agolpadas a ambos lados del canal, hizo más llevadera. Añadió que tras esa experiencia, había comprendido por qué era obligatorio que el barco accediera en pleamar y con luz diurna, pues su primera intención era la de zarpar por la noche. Ensalzó, igualmente, el trabajo de los prácticos.
Hernando aprovechó la ocasión para reiterar, al igual que el pasado jueves en el 'Azamara Journey', que «aunque estos dos cruceros han resultado un gran acontecimiento, como se desprende de la entusiasta acogida, no dejan de ser algo puntual. No obstante, trabajaremos con denuedo para que la experiencia se repita, a poder ser, regularmente en los próximos años. Pero sin perder de vista que, por muy grandes que parezcan en Pasaia, el 'Adonia' y el 'Azamara Journey' no pasan de ser dos pequeños cruceros. Y por ello, no renunciamos a poder entrar también en el mercado de los grandes cruceros, lo que sólo será posible si se construye el puerto exterior. Entre tanto, bienvenidos sean estos de menor tamaño».
Finalizado el acto, todos los presentes fueron invitados a visitar las instalaciones del barco, que, aunque es estructuralmente gemelo del 'Azamara Journey', tiene importantes diferencias en cuanto a la configuración de sus servicios. Quizás la más llamativa sea que éste no dispone de casino. Hay que recordar que tanto el 'Adonia', propiedad de la naviera británica P&O, como el 'Azamara Journey' son los mayores barcos de pasajeros que jamás han arribado a Pasaia, pues sus 181 metros de eslora están prácticamente en los límites máximos permitidos.

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